Prólogo A los catorce años, mi vida cambió para siempre. Sé que hay personas que se sorprenden cuando me oyen hablar así; me miran con interés, como si Quisieran descifrar qué es lo que sucedió, aunque casi nunca me molesto en dar explicaciones. Mi historia no puede resumirse en un par de frases ni condensarse en una simple exposición que Se comprenda de inmediato. A menudo revivo mentalmente aquel año y me doy cuenta de que, cuando lo hago, siempre me invade una extraña sensación de tristeza y de alegría a la vez. Hay momentos en que desearía retroceder en el tiempo para poder borrar toda esa inmensa tristeza, pero tengo la impresión de que, si lo hiciera, también empañaría la alegría. Así que me dejo llevar por la esencia de esos recuerdos a medida que van aflorando, los acepto sin reticencia y dejo que me guíen siempre que sea posible. Hoy es 4 de marzo . Acabo de salir de casa e instintivamente echo un vistazo a mi alrededor. El cielo está encapotado, pero, a medida que bajo por la calle, me fijo en que las azaleas empiezan a florecer. Me abrocho la cremallera de la chaqueta. Hace frío, aunque sé que dentro de tan solo unas pocas semanas la temperatura será más cálida y los cielos grises darán paso a esa clase de días que convierten California en uno de los lugares más bellos del mundo. Suspiro y siento que de nuevo me invaden los recuerdos. Las lecciones que he aprendido a lo largo de los años se diluyen y recobro la inocencia a medida que se acerca aquel año tan memorable. Abro los ojos y me detengo. Me llamo Jessy Cantu Blanco MartzZ y tengo catorce años. Esta es mi historia. Prometo que no omitiré ningún detalle. Primero sonreirás. Después llorarás. Que conste que te he avisado.