Jazmín nunca ha tenido nada en la vida, odia lo poco que ha conseguido, pero todo parece cambiar, cuando es llamada para aquella entrevista, lo que no se imagino es que sería entrevistada por el mismo dueño, Pedro Tovar aquel hombre que no aparentaba más de los cuarenta y cinco años, esa mirada y ese olor masculino algo en ella despertó. Cada detalle y cada amabilidad del hombre no dejaba pasar ella como una sombra confundiéndola, quería esa vida, la deseaba con todo su ser, sobre todo hacerle ver a su esposa que ella era la otra. Y para eso el debía pescar el anzuelo. -Debes irte, lo siento Jazmín mi esposa empieza sospechar, no quiero problemas con ella, tengo una vida, una familia-ella solo sonrió al verlo preocupado, algo que para ella no le importó en lo más minino, si no la vida que puede sacar. -No puedes hacerme eso-respondió cruzando las piernas-Somos adultos, nadie te obligo. -Nunca debió pasar, amo a mi mujer yo...Lo siento estas despida. -No puedes hacerlo estoy embarazada-y ella solo esperaba un milagro estarlo o estaba jodida.