"Cuando estuvo lo suficientemente cerca del torso de Bakugo, quien ya tenía las manos libres; las envolvió por su cuello y lo acercó para besar sus labios, chupó su lengua y luego la lamió, moviendo sus labios sobre los de su pareja como si su vida dependiera de ello. Es como si sus cuerpos se estuvieron conectando y transformando en uno solo, la ola de calor que azotaba sus cuerpos sólo podría ser calmada llegando al extasis de esa arriesgada situación."