Llega un punto en que la amistad se vuelve monótona, decidimos estar con las mismas personas solo por comodidad o costumbre, es lo que conocemos y no queremos soltar esa seguridad que nos da. Se siente el miedo en las entrañas cuando comenzamos una historia nueva y el pánico nos lleva a cometer tonterías e incluso lastimar a las personas que comenzamos a amar.