-¿Por qué me miras así? -¿Así cómo? -Con miedo. Me atraganté con mi propia saliva, pero él no le dio importancia. Seguía firme, en búsqueda de respuestas. -No sé de qué estás hablando. -Tu corazón... -su dedo índice lo señaló, tan cerca que casi podía rozar la tela de mi blusa-... late de manera diferente. -¿Cómo podrías saber eso? -Sólo lo sé -aseguró.All Rights Reserved