Eddie y Caroline son los hijos de una familia armada, abandonados por sus padres que están más enfocados en darles un buen pasar económico, parecen no caer en la cuenta de que poco a poco se sumergen en una relación extraña, intensa, y con ojos incestuosos para el resto. Caroline disfruta su extrañeza, y Eddie ama ser el centro de atención con un futuro brillante, en el instituto los ven hablar como dos hermanastros que se tienen afecto, pero una vez las puertas de su mansión se cierran, la tensión entre ellos podría cortarse con un delgado y filoso cuchillo. Ambos son como dos peces en un acuario, caminan frente a ellos, a veces los alimentan, pero nadie sabe qué es lo qué piensan, o qué hacen por las noches, o cómo se comunican.