Mi historia es tan normal como mi maldito nombre, nótese el sarcasmo. Que por cierto, a quien se le ocurre nombrar a su hija Mónaco. Mi madre no tuvo mucha imaginación o ninguna, pero, mi historia tiene algo intrigante también y no es nada más que el extraño chico que me observa y sigue mis pasos constantemente en el campus. Aunque parece ser un juego peligroso no puedo negar que luce divertido y algo aterrador. Entonces... ¿Por qué decidí jugar con él?, no lo sé, curiosidad, tal vez. Lo que sí puedo asegurar es que su atención resulta ser misteriosamente encantadora, más cuando se invierten los papeles y mi acosador termina siendo acosado por mí, pero nunca imagine con lo que me toparía y que todo se vendría abajo. Nota: Esta es una historia ficticia con contenido adulto, leer con cuidado y abstenerse de continuar en caso de herir la sensibilidad. +18