-¿Y si te dijera que soy diferente?- dijo Derek, acercándose cada vez más. -No lo eres, eres igual que todos.- le respondí, intentando que mi voz no se quebrara. -Pequeña, yo no te fallaré.- dijo, acortando más el poco espacio que nos separaba. -Pero...- no pude acabar. Sus labios ya habían atrapado a los míos. … Mel Cook jamás pensaría que volvería a vivir con su hermano. Y menos que uno de sus amigos, se volviera loco por ella.