La eternidad y mortalidad se toman la mano por la gracia de un mortal, cuya habilidad de controlar el mundo onírico es asombrosa. Su mundo de fantasía se verá amenazado por sus miedos e inseguridades, las cuales toman forma física a través de sus sueños, perdiendo el poder de controlarlo todo y limitarse a estar sólo consciente del mundo onírico que creo hace ya un tiempo.