Yo le miré. Él me miró con esa mirada profunda pero con ese color tan igual que el océano, tan oscuro pero azulado a la vez. Él hizo que la tierra temblara a mi alrededor. Mi corazón tembló con solo escuchar los primeros acordes de su guitarra junto a su voz tan suave, tan tranquila, tan segura de lo que estaba cantando y como lo estaba haciendo. Simplemente él.