La magia de Edimburgo

Ella se llamaba Juliette, y era una chica francesa que vivía en París. Le encantaba su ciudad, con sus calles llenas de arte y cultura, sus cafés acogedores y su emblemática torre Eiffel. Trabajaba en una cafetería por las tardes, donde servía café y pasteles a los clientes, y charlaba con sus compañeros. Le gustaba su trabajo, pero también soñaba con viajar y conocer otros lugares.

Tenía un pequeño departamento en el centro de la ciudad, donde vivía con sus dos gatos, Akira e Iara. Desde su ventana podía ver la torre Eiffel iluminada por la noche, y le parecía un espectáculo mágico. Le gustaba leer libros de todo tipo, desde novelas románticas hasta ensayos filosóficos. Era una chica curiosa e inteligente, que siempre quería aprender más.

Estudiaba en la universidad de París, donde cursaba el último año de sociología. Le apasionaba su carrera, se le encargó hacer una tesis sobre las costumbres y cosas interesantes sobre un lugar que deseen.

Ella eligió viajar a Edimburgo.

Aun que podía simplemente hacer su investigación por Internet, ella quería ir más allá, quería ver todo por su cuenta, después de todo, anhelaba con conocer Edimburgo algún día.