Bailey Shaw estaba cómoda en su tranquilidad. Sí, como relacionista pública, estaba acostumbrada a hacer algunos viajes con sus clientes, pero nada fuera de lo común.
En uno de esos viajes, una gran oportunidad apareció frente a sus ojos: la empresa para la que trabajaba la recomendó a la familia Allen, una de las más ricas de Inglaterra. Dueños de una prestigiosa marca de coches y de una escudería de Fórmula 1.
Los Allen estaban buscando un nuevo relacionista público para su familia, específicamente para la descendencia Allen.
Lo que Bailey no contempló fue la cantidad de tiempo que tendría que pasar con el heredero Allen, Connor. Egocéntrico, sarcástico, con un humor llamativo... y, por si fuera poco, muy guapo.
Bailey no estaba preparada para la tormenta que se avecinaba, ni para todo lo que tendría que soportar al estar cerca de Connor.
Más aún cuando él y su mejor amigo, Trey, no se llevaban nada bien. Un pasado los unía, y no precisamente de la mejor manera.
Trey es italiano y el mejor corredor de Fórmula 1 del momento. Tiene un gran corazón, es divertido, caballeroso y siempre vela por la felicidad de Bailey.
Después de todo, hay personas que pueden marcarte profundamente... para bien o para mal.
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