Para Celina, todo era parte del combate aunque dijera lo contrario. Su familia la ayudó sujetándola aunque estuviera hecha de fuego. ¿La mejor idea? Pedir refuerzos, y eso incluía volver al nido de sus recuerdos. Ella puedo ir a cualquier lugar, pero quería respuestas para estar tranquila. Su vida estaría a punto de incendiarse de nuevo, razones: una carta y un chico rarito. ¿Pero la carta era el verdadero cerillo o era el rarito que la incomodaba? Porque un poquito de drama en la vida la hace interesante cuando sentimos. ¿Celina reconocerá los llamados de los sentimientos?