Kim Taehyung, despreocupado y encantador por defecto. Todos lo adoran y lo tienen en un altar, totalmente una deidad en su lugar de origen. Jeon Jungkook, demasiado ocupado en sí mismo para fijarse en necesidades ajenas y completamente negado a socializar con alguien más que no sea su familia y mejor amigo, Jimin. Su plan inicial jamás fue terminar en aquel remoto pueblo junto a aquel chico de sonrisa peculiar y unos ojos realmente expresivos. Dos jóvenes herederos tratando de lidiar con sus propios problemas y uno que otro sentimiento singular.