La oscuridad es un vasto océano sin mapas, donde los secretos yacen en las profundidades, esperando ser descubiertos por la luz valiente de la verdad. Cada sombra es un susurro del desconocido, un lienzo en blanco para la imaginación, pero también un laberinto de misterios que desafían la claridad. En su abrazo, se gestan las revelaciones más impactantes y las criaturas más temibles de la mente humana, un lienzo en el que la luz de la comprensión pinta la epopeya de lo oculto. La jaula es la prisión de la oscuridad, un enrejado que aprisiona las posibilidades y limita la visión. Cada barrote es una sombra que se interpone entre la libertad y la luz, transformando el espacio interior en un reino donde la oscuridad se intensifica. En su confinamiento, la jaula se convierte en un teatro de sombras, donde los sueños y anhelos se ven eclipsados por la ausencia de luz. Romper los barrotes equivale a disipar la oscuridad, liberando así la esencia atrapada en la jaula de la limitación.