The other woman - Charles Leclerc
29 ЧаŅŅÐļ Ð ÐŋŅÐūŅÐĩŅŅÐĩ -Becca, tenemos que hablar -dijo apenas estuvo a unos pasos, con esa voz baja, dulce, la que solo usaba conmigo cuando querÃa que lo escuchara bien- tengo algo que contarte, quiero que tÚ seas la primera en saberlo.
Sentà cÃģmo la piel de mis brazos se tensaba, como cuando sabes que viene una tormenta y que no hay forma de refugiarte a tiempo, intentÃĐ sonreÃr, pero me saliÃģ una mueca tan triste que incluso ÃĐl frunciÃģ el ceÃąo por un segundo.
-Dime, Charlie... ÂŋquÃĐ pasa?
TomÃģ mis manos, las dos, como tantas veces antes, como cuando lo consolaba por perder una pole, como cuando celebramos su primer podio o como cuando llorÃģ por Charlotte, sus manos eran cÃĄlidas, familiares, peligrosas.
-Me casarÃĐ con ella, Becca -soltÃģ de golpe, como si las palabras ya no supieran esperar- creo que la amo y querÃa pedirte que estÃĐs ahÃ...
El mundo se me desmoronÃģ tan fuerte que por un segundo pensÃĐ que me iba a desmayar, no he sido una mujer dramÃĄtica nunca, pero sentÃ... dolor fÃsico, real, punzante, como si algo dentro de mà se hubiese roto de manera irreversible.
Creo que todos lo escucharon en el paddock, el sonido de mi corazÃģn partiÃĐndose en mil pedazos.
Mis ojos se llenaron de lÃĄgrimas antes de que pudiera detenerlas, no, por favor, no aquÃ, no frente a ÃĐl.
TraguÃĐ saliva y asentÃ, obligÃĄndome a sostener su mirada.
-Cla... claro, Charles, lo que sea por mi mejor amigo.
Mi mejor amigo, quÃĐ espantoso sonaba eso en ese momento.
Charles sonriÃģ, satisfecho, feliz, ilusionado con un futuro que no me incluÃa, me abrazÃģ fuerte, un abrazo cÃĄlido de esos que siempre me habÃan gustado, pero esta vez... esta vez doliÃģ, doliÃģ desear con todo lo que era ser yo la mujer que llegara al altar con ÃĐl.
OjalÃĄ nunca me hubieras gustado, pensÃĐ mientras inhalaba su perfume.