Maddie Bardsley es una chica normal. -según se denomina ella-. Ser la hija de Madam Jeffers es todo un reto. Y peor si al ser su única hija debes ser mejor que los demás. Porque a Madam Jeffers no le interesaba si estaba "bien", ella quiere la perfección. Hunter Ivers es todo un casanova. Acostumbrado a que todo sea como él quiere y no recibe un "no" por respuesta. Por una pelea ilegal, él entra accidentalmente a otro estadio. Decidido a irse intenta salir por donde entró, pero una bella bailarina con unos hermosos ojos de color azul verdosos con su grandes piruetas lo cautivaron. Haciendo que a escondidas, él fuera a cada noche de función en donde ella actuaba, sólo para contemplarla. Porque en el momento en el que la veía bailar, sentía que la mierda en la que vivía simplemente se esfumaba. ¿Qué pasa cuando la realidad golpea en la cara? Ella busca ser aprobada por su madre. Verla sonreír satisfecha de su hija. Él solo vive el hoy. -Deja de mirarme, necesito practicar y no puedo hacerlo bien si tu me miras -frunció el ceño enojada. -Muñeca, ¿cómo pretendes que haga eso si apenas puedo mantener mis ojos alejados de ti? -Deja de llamarme así. Mi nombre es Maddie, lo sabes. -¿Y? -sonrió- Vestida así eres toda una muñequita. Suspiró- Haz lo que quieras. No importa la cantidad de veces que se peleen, ella siempre será su muñeca. Obra registrada en Safe Creative Código: 1503223592769