Si todo se bazara en las cosas más simples y hermosas que te ofrece la vida, toda nuestra existencia sería espléndida.
Los problemas ocasionados por la familia, los amigos, estudios, trabajos... En fin, todos lo problemas por los cuáles pasamos en la actualidad nos llevan a hacer cosas inimaginables, nos arruinan la existencia por completo y hacen que nuestro pequeño mundo feliz caiga en el caos y la soledad.
No sé si está mal juzgar a las personas que desean aguantar está vida, pero si sé definir entre lo mal hecho, aunque toda mi vida no haya sido así.
¡Es cierto! Mi vida no ha sido de lo mejor, ni tampoco viví rodeada de lujos, pero si estuve siempre rodeada de mis amigas, esas amigas que estaban en lo bueno y en lo malo, de esas amigas a las que podía abrazarlas sin que protestarán, las que me cuidaban incondicionalmente sin tener que pedir algo a cambio y... a mi amada hermana, la única que nunca me abandonó cuando estaba triste o deprimida, cuando sufría de ansiedad y depresión, cuando estaba en los peores momentos de mi vida e infancia. Ellas son mi mundo, mi único mundo...
Las cuatro somos inseparables desde pequeñas, a la verdad, las personas ni nos soportan, pero no es que nos importe, al fin y al cabo todas vivimos juntas sin nadie que nos controle...
A veces nos alejamos del mundo por temor y otras veces nos aferramos a un mal amor, hundiéndonos en un mundo de temores y dolor, pero de repente, cuando menos lo esperas, aparece alguien que con su sonrisa, con su comprensión, te hace creer que puede haber una segunda oportunidad para amar... Esa es mi historia, nuestra historia ¿lograremos reparar nuestros corazones?