"¿Cómo te llamo?"
"Margarita," Le dijo luego de un sorbo a la bebida, "Pero me podés decir Mar."
"O Maggie," Dijo con una sonrisa pícara, "Marga."
"No, por favor," Rio mientras sacudía la cabeza,
"¿Rita?" Dijo Charly, un poco más serio.
"No mucha gente me dice así," Se encogió de hombros, "Pero esta bien," Dijo con simpleza, "¿A vos como te llamo?"
"Charly," Le respondió. "Charly García."
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Un hombre alto, flaco y con pantalones acampanados se asoma en su visión, creyó que ya conocía muchos como él, pero supo que no era el caso cuando le habló.
Quince años después, un hombre alto, flaco y con una campera de cuero se asoma en su visión, creyó que no lo conocía, pero supo que no era el caso cuando se acercó.
Creyó que todo había quedado en el pasado, pero se había equivocado.
Abbie tiene un problema y la solución está en la puerta de al lado.
¡Ella no ha hecho nada malo! Sin embargo, su excompañera de hermandad la ha puesto en un aprieto en donde su futuro universitario pende de un hilo.
Con el tiempo corriendo, pánico y una mejor amiga experta en dar soluciones, Abbie explora las opciones, pero no tarda en darse cuenta de que Damiano, el frío jugador de hockey y su ceñudo compañero de piso, es la respuesta.