El Hombre de la Ventana || (Lestappen) (Charles Leclerc/Carlos Sainz)
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Ongoing, First published Oct 22, 2023
«No hay amor cuando deben matar al otro para poder sobrevivir. No hay amor cuando hay traición.»

   Charles Leclerc es obligado por sus padres a quedarse encerrado en la casa la mayor parte del tiempo junto con su hermano menor, siendo solo el hermano mayor el único que tenía permitido andar libremente por las calles neoyorquinas. En su soledad encontraba consuelo en su piano, algún libro y últimamente en las miradas de un hombre que residía en los departamentos cruzando el pavimento ¿Quién era? ¿Por qué siempre lo miraba? 

   Carlos Sainz tenía su vida en juego y sabía cuál era su objetivo: Charles Leclerc. Lo vigilaba día y noche, pero ¿Cómo tenía que reaccionar cuando él le sonreía cuando cruzaban las miradas? ¿Qué cara debía de poner cuando lo saludaba en las mañanas? Era imposible no caer cuando tocaba en soledad una pieza de dos. 

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8 parts Ongoing

Charles Leclerc no era alguien que viviera con arrepentimientos. Creía firmemente que, si quería hacer algo, debía hacerlo sin dudarlo, porque sin importar el resultado, siempre quedaría la experiencia. La vida era corta y él planeaba vivirla sin remordimientos. Sin embargo, mientras manejaba por las calles desiertas de Mónaco a las tres de la madrugada en busca de sushi, comenzó a cuestionarse un par de cosas. No se arrepentía en lo absoluto de haber decidido formar una familia con Carlos. Lo que sí lamentaba, quizá un poco, era haber sido tan confiado al decirle que pidiera lo que quisiera, cuando quisiera, que él se lo concedería sin importar la hora. Porque claro, su omeguita embarazado había tomado esas palabras demasiado en serio. Suspiró, tratando de ignorar el frío de la noche mientras conducía. En algún punto de su vida, entre circuitos y podios, se había imaginado noches de insomnio por nervios antes de una carrera, pero nunca pensó que sus desvelos serían por una misión culinaria de emergencia. Y aun así, ahí estaba, porque si algo tenía más grande que su orgullo era el amor que sentía por Carlos... aunque mañana definitivamente renegociarían los términos de esos antojos nocturnos.