El cuerpo dejo de moverse al fin, conto hasta diez antes de finalmente aflojar el agarre en el pálido cuello. Ojos brillosos y sin vida lo observaban. - ¿Jae? ¿Estas aquí? ‒ Finalmente se quito de encima del cuerpo cuando escucho los pasos de su conejito acercándose. El pelinegro llego hasta el y llevo una mano a su mejilla, acunando su rostro. De sus bonitos ojos salían algunas lágrimas, pero ya estaba acostumbrado. ‒ El, ¿Sufrió mucho? ‒ Pregunto el pelinegro con la voz cortada. Jaehyun echo un vistazo a quien estaba tendido en el suelo. Por supuesto que había sufrido, pero no le iba a decir eso al menor, en cambio lo tomo de la cintura y lo acerco a sus labios, besándolo con dureza. - Te amo. ‒ Murmuro entre el beso contra los labios del pelinegro. ‒ Te amo, te amo. - También te amo. ‒ Dijo Doyoung cuando se separaron, tomando la mano de Jaehyun, arrastrándolo fuera de aquella habitación.