Minas, barrio Garolini en el departamento de Lavalleja (Uruguay).
Rodeada de cerros, la vista siempre tiene esa sinusoide volcànica como referencia.
Hace unos cuantos años me encontré flotando con el paisaje, en la ventana del frente de la casa familiar, mirando el desarrollo lento y sutilmente agitado de la lluvia mansa que fundió las partes del día en una. La Tarde larga del agua.
Nota del autor:
En el año 2001/2002 treinteando birthdays volví a esa casa a vivir con la familia que tenía yo en esa época, Jesica (dálmata herrmosa) Quequeg (Pequinés kamikase) y Eleuteria (Eli, gata que descubrió el salvajismo felino, hermosa barcina) Un casi humano, dos caninos y una felina.
Con 14 años en 1985 un camión militar rumbo a Montevideo nos llevaba los muebles y todo lo que implica mudarse, y a mi Madre Evi, Mariela la más reciente incorporación y yo. Mis hermanos mayores Alicia y Jorge ya ensayaban su vida fuera del hogar familiar.
Eran frecuentes los viajes desde Montevideo, como visitantes y quedarnos en verano o fines de semana en esa casa.
Un detalle que años más tarde me sorprendió en mis pensantes divagues nativos, fue la ironía del camión militar que ofició de transporte cuando en esos días tras 13 años de dictadura militar, el país todo comenzaba a mudarse lentamente a una "democracia", que cuestionamientos aparte, a nivel político/social sin duda era menos peor.