Mamá solía decir que en la vida las personas van y vienen, que recorren junto a nosotros grandes o pequeños momentos, pero que todos dejan de una forma u otra una huella grabada. Pero mamá nunca me advirtió lo profundo que se puede clavar una huella en un corazón inocente, no me dijo que hay personas que juegan a ser personajes ,no mencionó que la realidad es que no todo es para siempre, que la vida no nos prepara para cambios tan abruptos, no nos da siempre un refugio para esas personas que llegan en forma de tormenta. Sin embargo, en medio de la neblina de emociones y de sentimientos como relámpagos , he llegado a entender que debo aferrarme a esos momentos efímeros de felicidad.
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