Fiestas, alcohol, sexo, rebeldía, amor, rupturas, viajes y estupidez…mucha estupidez.
La vida que toda adolescente de escasos 17 años suele tener.
Christine solo intenta llamar “vida” al acto de coexistir con la escuela, su pequeña gran familia, y su triste dependencia a los fármacos que le dan esperanza de andar un día más…
La vida de esta joven damisela es rutina, soledad, y miedo a su verdugo: el impaciente último suspiro.
Por cada lágrima, existe una sonrisa.
Cyrene, una hermosa princesa, de cabello rojo y piel cual luz de luna, llega para distanciarla al menos por unos instantes de su corta y cruel realidad, para decirle que no siempre está mal llorar en los brazos de alguien, y para educarla en el arte del cómo lograr que de pequeñas cosas, surjan las razones que te empujen a seguir volando…a seguir anhelando un día más antes del final.
Un día más para un escape, un acto rebelde o un simple beso lleno de romance.
Un día más para seguir hasta En el Último Minuto…
-Mayra Benavides-
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...