La vida humana es hermosa y perfecta ya que tiene un fin, por ese simple hecho es que se es tan valiosa al no saberse cuanto durara. Eso muy bien lo comprendió Sesshoumaru, aquel daiyokai que ninguna batalla lo intimido y en la cual no había perdido hasta ese momento. Entre sus brazos se encuentra su amada esposa a quien en tres ocasiones pudo arrancar de las garras del señor de la muerte, escucha el lastimero sollozo de sus hijas al ver a su madre partir quien con mano temblorosa acaricia sus mejillas con el sublime amor maternal que siempre la caracterizo y regalándoles la más amplia y bella de sus sonrisas. Mi participación al #SessRinSinisterSoirée