Él no era un criminal, conocí su corazón y se lo robé. No había nada que pueda hacer para cambiar el pasado, ambos habíamos hecho cosas horribles, pero eso no podía afectar nuestro futuro. Éramos inestables, estábamos rotos, pero no podíamos estar separados. Fuimos cristales rotos y sé que podíamos juntar los pedazos, construir algo mejor. El peligro había sido algo que me gustaba, pero el control era algo que quería tener. Primer libro de la saga "Seduciendo..."