Siempre fuí una débil e ingenua niña, más aún cuando ocurrió aquello que me marcó, aquel fatídico día que los perdí y con ellos se fue mi lado tierno, aquel hecho que marcó un antes y un después en mi vida convirtiéndome de un feo y débil capullo a una hermosa mariposa capaz de seducirte con su dulce pero peligroso aleteo.