A Wooyoung lo asalta un fuerte pensamiento, que se convirtió en una sensación burbujeante que invadiendo cada centímetro de su cuerpo, instalándose como algo permanente y cierto en su corazón y en su alma, y era que Kim Hongjoong era una parte de sí mismo. La pieza más profunda, hermosa e importante de todo su ser. Porque, ¿cómo podía explicarse el inmenso amor que le tenía? Un amor que parecía no conocer límite alguno. Un amor hambriento y necesitado de atención mutua, de protección y cuidado del otro, de entendimiento visceral más allá de las palabras no dichas.
O, Hongjoong sufre terribles pesadillas, y el único dique de contención que tiene para que la realidad no se desmorone a su alrededor, es Wooyoung.
Trabajo original. No copias, ni adaptaciones.