Desde tiempos inmemoriales, el Arcanor, cristal primigenio, otorgó magia a las razas y forjó imperios. En la Segunda Era, la guerra por su posesión dejó incontables muertos. Los Elfos Sapientii triunfaron y se convirtieron en sus custodios, trayendo una paz frágil.
Pero la ambición nunca duerme. En una noche oscura, un hechicero prohibido irrumpió en la fortaleza del Arcanor, aniquilando a sus guardianes. Con el cristal en sus manos, su corrupción comenzó a esparcirse como veneno.
Lejos de allí, Gaius, un elfo ermitaño, tuvo una visión aterradora: ciudades en llamas, mares oscurecidos, imperios cayendo ante una plaga imparable. Su amuleto, un fragmento del Arcanor, vibró con el eco de la corrupción. Comprendió que debía advertir al rey de los Elfos Sapientii y encontrar una manera de detener la oscuridad.
Su travesía lo llevaría a Binaayá'įį, un hada exiliada con un secreto, y juntos enfrentarían el primer vestigio de la sombra creciente. Lo que ignoraban era que la corrupción del Arcanor solo era el inicio. La guerra que una vez devastó el mundo estaba por repetirse, y esta vez, el precio sería aún mayor.
La Tercera Era ha comenzado, y con ella, la lucha por la supervivencia.
Sobrevivió a la muerte pero el verdadero peligro acaba de comenzar.
Todos en el reino enemigo deseaban verla muerta, su desaparición significaba el fin de una era... o eso creían.
En lugar de morir, fue enviada al distrito de jinetes, un lugar donde el peligro acecha en cada rincón, y donde su verdadera identidad debe permanecer oculta a toda costa.
Pero no está sola.
Entre traiciones, criaturas indomables y un destino que se cierne sobre ella se encuentra Rigel Heisenbergs: el jinete más letal del distrito.
Su misión es protegerla, pero su mayor deseo es verla destruida.
Cada mirada entre ellos es una batalla silenciosa. y cada paso que da la acerca más a una guerra que podría consumirlo todo.
Un beso, una profecía y una traición que cambiará el curso de la historia.