El parque de bomberos 118 es más que un grupo de compañeros de trabajo, son una familia, con sus más y sus menos. Cuando la bombera Kinsley pone un pie en él siente esa calidez que su gente desprende, el cariño con el que la tratan sin conocerla pero a pesar de esto decide mantenerse en guardia, es inevitable en ella. El 118 siente, cuanto menos, curiosidad por la chica misteriosa que siempre sabe que decir o hacer para ayudarlos sin pedir nada a cambio y a su vez no se deja conocer del todo. Cuando por fin consiguen traspasar todas las barreras, muros y obstáculos son una gran familia que se quiere, cuida y protege, si falta un miembro de ella todo se desmorona lentamente.