Lo seguí aquella tarde de agosto por el callejón Diagon, sus ojos viajaban de un lado a otro admirando todo ese mundo nuevo al cual se enfrentaba, Hagrid lo ayudaba con sus compras, mientras yo solo era capaz de verlo a lo lejos. Mis agallas eran pocas para lograr acercarme a él, por que de hacerlo me rompería en mil pedazos y el aun no estaba preparado para saber la verdad, era solo un niño, mí pequeño y amado sobrino....Harry Potter.