Lazos y Espinas | Bilogía desaparecidos

Cada vez que me miraban, la mayoría solía sentir repugnancia, otros inquietud y otros miedo. Los lazos de sangre que me unían a mi familia eran irrelevantes.

Los Van Ewen, aparte de destacar por su elegancia y dinero, ocultaban algo. Todo aquel que deseaba conocer más allá de los límites, digamos que no acababa muy bien. La ciudad de Leyvex, además de ser conocida por sus leyendas de brujas y hechizos mágicos, guardaba el oscuro misterio de la desaparición de su reina.

Por las calles se susurraban leyendas que hacían eco en las sombras de Leyvex. Las noches eran testigos de rituales en los bosques cercanos, y aquellos que se aventuraban demasiado a la verdad regresaban con miradas vacías y secretos inconfesables.

La ciudad, una vez familiar, se había transformado en un laberinto de engaños y peligros. A medida que me adentraba en la oscuridad, me di cuenta de que no solo estaba desenterrando los secretos de mi familia, sino también los de la propia ciudad.

Nadie me detendrá, o por lo menos eso creía.