" EL PROFESOR GOJO, ¡¿ES PAPÁ?! "
-- Y ni siquiera él lo sabía. -- Murmuró uno de sus alumnos que se encontraba formando un círculo junto a sus otros dos únicos compañeros y amigos.
-- Que vergüenza -- Murmuró Itadori, fingiendo estar Indignado.
los tres miraron justo a sus espaldas, observando no muy a lo lejos a aquel adulto de cabellera albina. quién se mostraba prácticamente con un semblante cansado, dejando que sus labios expresarán su pesar al encontrarse neutros.
Satoru finalmente habló -- oigan, los estoy escuchando -- Comentó con voz aburrida -- ¿podrían al menos alejarse cuando quieran hablar de mí? .
los alumnos guardaron silencio, observando como su profesor aún mantenía aquella cara de póker.
sin importarles en lo absoluto, continuaron hablando a sus espaldas; literalmente a sus espaldas.
¿Qué pasaría si una preadolescente entrara al juego del calamar? Todos los jugadores tienen deudas, problemas, algo que los llevó ahí... pero ella no.
Nadie le dio la tarjeta, nadie pensó en reclutarla. Sin embargo, no podían sacarla.
Era demasiado tarde; ya era parte de los juegos.