Ella era tan fría cómo el hielo, él tan caliente como el infierno. Anna Smith y Calum Hood. -¿Qué te pasa Kitten? Y no me digas nada, te conozco demasiado. -Cal solo déjame o te acabaré haciendo daño - Apenas podía mirarle a los ojos, dolía. - Nunca me iré de tu lado o seré yo el que acabe mal. Vamos, dime ¿qué te ocurre? - dijo él sentándose a su lado, apegándola contra su pecho. - Creo he enamorado de ti, pero no estoy dispuesta a admitirlo. ¿Quien diría qué dos personas tan diferentes cómo ellos terminarían enamorándose? Pero el amor no es de cosas lógicas. Se trata de sentir y el corazón no entiende de razones; o eso es lo que me decían de pequeña. No fue hasta que lo conocí que descubrí que todo lo que sube, tiende a bajar, y yo le tengo miedo a las alturas.