Todo comenzó con mis padres, Gadrel, una antigua bruja muy poderoza se enamoró de Gaziel, un demonio enviado por Lucifer para sembrar las semillas del fin, en poco tiempo ellos se cazaron y trageron al mundo a dos gemelos, Abalám y Bechet, ellos no eran brujos ni demonios, eran angeles negros, guardianes del caos, representantes de 2 de los pecados capitales, la soberbia y la avaricia, sus poderes eran inigualabes, el pequeño Abalám podía contralar la mente de los mortales, mintras que la pequeña Bechet, podía convertir cualquier cosa en oro con solo besarlas.
Samael fue condenado a vagar por la Tierra.
O más bien, cierto demonio es demasiado ingenuo para ser un demonio y hay ángeles que no son para nada angelicales.