Allison tenía una vida normal. Todo lo normal que podía ser dentro de la riqueza de su familia, por supuesto. Y no había nadie que no la conociera porque tampoco había nadie que no conociera a Nick Bonnaire, su amigo de la infancia; y ellos estaban siempre juntos. Todo el mundo sabía que Nick y Allison eran inseparables, ¿o no? Quizá no eran tan cercanos como ella y los demás creían... Quizá por eso el día que asaltan su casa y matan a sus padres, Nick no está. A pesar de todo, Allison decide pasar página y se marcha de Londres para empezar una nueva vida muy lejos de allí. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la realidad: Justo cuando creyó que su vida había llegado a un tácito acuerdo con los problemas, se encuentra siendo acosada por un número de teléfono desconocido de manera muy inquietante, y conoce a Sean, ese chico de otra clase que empieza a gustarle demasiado, pero que parece ocultarle algo.