Desde siempre ha estado establecida la rivalidad entre àngeles y demonios. Dos razas contrarias incapaces de convivir juntas debido a sus diferentes ideales. La perspectiva de los àngeles y su posición en contra de los otros seres era clara, no querían que su bondad se viera manchada por esa maldad tan oscura. Sin embargo, si hablamos de demonios, esa posición era incierta y misteriosa. Y aunque los àngeles aseguraban que los odiaban y despreciaban, hay algunos que se preguntaban cómo se podía obviar algo no comprobado, porque al fin y al cabo, debido a la separación entre estos dos mundos, no había forma de saber si aquello era cien por cien ciento.