Dicen que el primer amor nunca se olvida, y menos aun cuando no se quiere olvidar. Alex y Emma se enamoraron a los diecisiete años, mejor dicho, a esa edad comenzaron un lindo noviazgo lleno de risas y sueños compartidos. Nunca pensaron que en un instante todo aquello acabaría, que aquel amor dejaría cicatrices y que el miedo y la culpa los alejaría durante cuatro largos años.
Soñadora, alegre y algo melancólica, Emma Pivoty continúa con su vida tras pasar por una dura experiencia que casi le costó la vida. Estudiante de la carrera de Edición y siempre acompañada por su incondicional amiga, Alina, ella volverá a encontrarse con aquel amor que creía perdido y deberá elegir entre seguir su camino o arriesgarse a abrir viejas heridas.
Recién llegado de Nueva York y con un título de Arquitecto bajo el brazo, Alexander Müller retoma su vida en Argentina. Jamás habría imaginado que la encontraría así, que sus ojos le recordarían tantos momentos felices y que la culpa lo atosigaría tanto o más que años atrás.
Entre miedos, dudas y la inevitable conexión que comparten, Emma y Alex descubrirán que a veces es cuestión de arriesgarse, perdonar y perdonarse a uno mismo para afrontar el pasado y disfrutar del presente.
El jamás pensó que sus sentimientos hacia su mejor amiga pudieran cambiar, ella no lo entiende, pero aun así le da una oportunidad de hacerle saber lo que siente por ella, habrán problemas que parezcan que su amor sea imposible, pero no hay nada imposible en esta vida.
Él sufre, ella llora, un problema los une más.