Algunos rastros, siguen intactos, sombras desaparecerán para dejar ver la verdad, risas se mezclan con lágrimas, el dolor será reemplazado por deseó, el miedo seguirá presente....
¿Estarán dispuestos a tomar esa desición?
Zamira, ha vivido toda su vida en Nensi, un Pueblo alejado de la sociedad, no es de las personas que les encante las fiestas, la sociedad, para ella estar en su habitación, es estar en su mundo, perderse en los libros, dejarse llevar por las melodías de aquellas canciones que le hacen compañía, sueña salir algún día de Nensi, y comenzar a descubrir el mundo.
¿Ese sueño se verá distorsionado?
El comienzo de algo, conseguirá desatar una verdad, traerá dudas, preguntas,
¿puede una persona desordenar la vida de alguien?
¿será que su vida cambiará ?
¿las sombras darán paso a la verdad?
¿los rastros serán del pasado o del presente?
¿las risas serán su escape de la vida.?
¿será amor, deseo, pasión o mentira?
¿la manipulación podrá con aquella mente que genera situaciones diferentes cada segundo?
todo tiene un final, todo tiene que descubrirse, en algún momento todos tienen que decidir, y que pasa si uno de ellos no quiere tomar ese camino.
será que todo girará entorno a él.
Primero, ¿Quienes es él?.
Eris sigue un método tangencial inquebrantable en sus relaciones hasta que el chico detrás de una de ellas despierta las mariposas que ella insiste en vomitar.
*
Para Eris, las historias amorosas son matemáticas. Líneas o curvas que se encuentran, que se acercan mucho sin llegar a rozarse o que se ven pasar desde lejos sin más contacto que el de la metafórica caricia de una mirada. Ninguna con final feliz.
Cuando Kenai, la tangente con la que compartió cama una noche, llega de nuevo a su vida tras haberse metido en un buen lío, las mariposas toman el control de su estómago una vez más, haciendo que las quiera vomitar hasta quedarse vacía.
Él se niega a aceptar el método tangencial al que se aferra Eris.
Y ella se mantiene firme en que, en el amor, no existen los finales felices.