No solo era cosa que lo dijera o mencionara, todo estaba mal, su actitud hacia a mi había cambiado, sus palabras. Con el tiempo se convirtieron en nada, no era de extrañarse que siempre mintiera para estar conmigo, siempre la misma mentira. Realmente íbamos por mal camino, todo había cambiado, la oscuridad que tanto me estremecía, nos había alcanzado, pero ambos nos habíamos cansado. Cada uno tiene lo que merece.