Primeros días del segundo año de Secundaria. Stu recorría los pasillos acompañado de su pandilla, bromeando y jugando entre ellos. Mientras paseaba por los corredores con el cuello de su novia atrapada en su brazo, no pudo evitar desviar su mirada a una figura algo interesante.
"¿Un nuevo ingresado?" - Pensó
: ¡Oigan! A este de acá no lo conocemos. - Dijo uno de sus amigos golpeando al locker al lado de donde estaba Billy.
: ¿Que quieren? - Pregunto volteando hacia el grupo.
Fue cuando Stu se dió cuenta de lo jodidamente atractivo que era, sus ojos, sus profundos ojos que guardaban mil y un secretos, a la vista de Stu; y esa pesadez en su mirada le parecía tan ardiente, su tono de voz, tan rígido y a la vez desinteresado.
: Hey, guarda tu tono mocoso. - Le contesto otro amigo.
: Hey ya déjenlo, se ve tan solo, pobrecito. - Decía su novia.
: Pues si no se les ofrece nada me voy. - Dijo para cerrar su locker y salir de entre medio del grupo.
: ¡Hey te estaba hablando! - Agarro bruscamente su brazo para jalarlo de nuevo.
:Chicos, chicos, vamos tarde a clase, dejemos al Final Boy para después. Vamos suéltalo. - Intervino Stu, ganándose la mirada de Billy. Su amigo solo obedeció entre bufidos.
El grupo se alejo lentamente, Billy volteo a ver a Stu, pensando en lo extraño y atractivo que era el chico que lo había ayudado; fue cuando Stu también lo volteo a ver, Billy pensaba darle un asentamiento en señal de gracias, pero se quedó casi helado al ver la expresión de Stu.
Stu volteo su mirada a Billy una última vez, solo para sonreírle mientras se lamía el labio de forma morbosa, y sus ojos se paseaban por su cuerpo, para luego terminar en su rostro y guiñar un ojo.
Billy estaba estático, solo se pudo sonrojar mientras veía como el extraño chico se iba. Sacudió su cabeza para restarle importancia e ir a su clase.
Mientras que Stu solo pensaba una cosa..."Ese chico será mío"
Jason va a la preparatoria esta en su penúltimo año y su vida es perfecta desde su perspectiva. Tiene amigos, tiene clubes, sus notas son perfectas, es el segundo de su clase. Después de Annabeth Chase. Su padre esta orgulloso de él, su madre es una gran actriz, su hermana lo adora, su hermano mayor que ya no vive con ellos también se siente orgulloso de él. Todo es perfecto.
O por lo menos así es cómo el quiere ver las cosas, porque la realidad es otra, una que el no quiere ver, una realidad en la que solo cuenta con sus hermanos y una amiga. Pero él no empieza a descubrir esto hasta que comienza a recibir extraños regalos.
El primero de todos: Una rosa azul.