KYUNG No hay nada que arruine más rápido un día ya de por sí malo que casi ser atropellado por un coche. Entonces él me rescató. Mi misterioso y sexy salvador llevaba el peligro con la misma facilidad con la que vestía de negro sobre negro. Y, aun así, no le tuve miedo. Debería haberlo sentido. Porque tras un malentendido, el hombre que creí me amaría para siempre me demostró lo despiadado y frío que es en realidad. Una vez le confié mi corazón y me destrozó. No puedo permitirme volver a cometer ese error... JONGIN Él era mi ikigai, el propósito de mi vida. Era inevitable amarlo. Pero soy el rey de la mafia japonesa. La suavidad como la de él no existe en mi mundo. Tal vez por eso fue tan fácil para mí creer que me traicionó. Por eso nos quemé hasta los cimientos. Ahora que sé la verdad, haré lo que sea para recuperarlo. Sé que un buen hombre lo dejaría ir. Pero yo no soy un buen hombre...