¡Taiana!

El cruel destino los separó.
A ella la envío por el camino de la derecha y a él lo envío por el camino de la izquierda.
Pero el destino olvidó algo importante:
El mundo es redondo...

Un trueno resonó en el cielo y la lluvia se abrió paso entre las grises nubes que adornaban el oscuro cielo.

-¡Taiana! -gritó con todas sus fuerzas, sin dejar de correr detras del auto- ¡Espérame! -se detuvo cuando sus piernas se negaron a seguir corriendo-¡No te vayas! -volvio a exclamar antes de darse por vencido y caer de rodillas en el frío asfalto.

Otro trueno resonó e iluminó la desolada carretera.

-No me gusta verte llorar -susurro Taiana cuando estuvo frente al muchacho-. Se me rompe el corazón y me siento incómoda.

Lían se levanto con torpeza.

-Taiana -solto entre sollozos.

La chica seco con su pulgar las lágrimas de su amigo.

-Lían -pronuncio despacio pasando sus brazos por encima de los hombros del joven-. Volvere ¿Podrías esperarme?

Las temblorosas manos de Lían sujetaron con torpeza la cintura de la chica.

-Siempre -prometio pegando su frente a la de ella.