Al finalizar el día él me acompaño cerca de mi casa y, cuando menos lo esperé él me había besado en los labios para después salir corriendo, seguramente avergonzado por su acción. Me sorprendí bastante. ¡Juro que era un sueño! pero sé que es real porque al día siguiente aceptó ir a mi casa a comer y continuar con el proyecto. Estaba tan emocionado que le supliqué a mamá preparara la comida más deliciosa que jamás haya hecho. Ella aceptó entre carcajadas. Dijo que parezco una adolescente enamorada y yo me hice el ofendido.