Klopp Bendyke, el segundo hijo del barón Bendyke, propietario de una pequeña casa local, se acercó diciendo que deseaba atesorarlo. Sin embargo, lo que volvió a él, fue un odio terrible, y un final incomprensible. "Te odio tanto. Eres asqueroso. ¡Te odio! Te deseo el mismo final miserable que me diste." "Si algún día pudiera renacer y hacer que todo fuera diferente. Si te hiciera pagar con la misma moneda... Entonces..." Con esa promesa, Arok cerró los ojos. Y una segunda vida se le dio de nuevo, casi como una mentira. "Mi nombre es Klopp Bendyke." Arok miró directamente a Klopp. Puso una expresión aturdida, como si estuviera un poco avergonzado, y extendió una mano, tan blanca como su rostro, para tomar la suya: "Taywind".
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