Has tomado una copa de más, hablas hasta por los codos y sin parar ... cuando por fin levantas la vista, unos ojos oscuros y penetrantes te observan asombrados, fascinados y... ¡muy interesados!
Después de asistir en Glasgow a una desastrosa reunión de trabajo y de tomarse un par de vodkas, ¿o fueron tres?, para levantar el ánimo e infundirse valor, Emma Corrigan se sube por fin al avión de regreso a Londres.
El vuelo resulta demasiado movido; algunos pasajeros gritan, las azafatas se abrochan los cinturones y tienen sus rostros palidos, y Emma se agarra desesperadamente a los brazos de su asiento.
Presa del pánico, de su boca empiezan a salir todos sus secretos, sus sueños más ocultos y sus deseos más inconfesables, que van a parar a oídos del silencioso pasajero que, inmutable, la escucha sentado a su lado.
Emma no se deja nada: desde el día en que perdió la virginidad hasta la nota de matemáticas que falsificó en el currículum, pasando por lo incómodo que le parece el tanga.
Pero este mal trago no será nada comparado con lo que le espera el lunes en la oficina, donde corre la voz de que el presidente de la megacorporación americana para la que trabaja se encuentra de visita en la sede londinense.
En medio del nerviosismo general, Emma decide acercarse a la máquina de café del pasillo y se cruza con la comitiva que acompaña al gran jefe ...
Atenea Guzmán de la Torre: Una mujer perfecta no solo físicamente, con tan solo 25 años de edad es una empresaria multimillonaria exitosa, también es una de las mejores comandantes que la FEMF ha tenido.
Christopher Morgan Harts: Un hijo de puta (cómo todo Morgan), es un coronel con una belleza y una fortuna inigualable, pero no solo eso sí no también es un padre soltero de un bebé de tan solo 2 años.