EL HOMBRE FUE CREADO PARA LLENAR LOS VACIOS QUE DEJARON LOS ANGELES CAIDOS EN EL CIELO Ahora encontramos la respuesta a la vieja pregunta de nuestra razón de ser. Nuestra carne y alma tienen un solo fin: llenar los coros en el cielo de los ángeles rebeldes que cayeron. Y el único camino es el amor. Sin la culpa del pecado original, la humanidad se hubiera propagado sólo hasta completar el número de los ángeles caídos y ahí hubiera tenido su término. Somos una consecuencia impensada en el experimento de Dios. Con la mancha original se propagó dispersamente la humanidad, impura, corrupta, con tiniebla y desorden. Después de morir aportaremos nuestro grano de arena en los coros celestes. Nuestro trigo se seguirá recogiendo de entre la paja en cada generación, para llenar los vacíos de los ángeles precipitados. Recién después de cubiertos estos lugares, terminará el mundo.- Matias Castagnino
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