. . . Paso algo de tiempo desde el momento que había anhelado lo mucho poder dormir, que fuese una realidad, que dormir fuera fácil. Era una necesidad, pero ella no podía aunque lo intentase miles de veces. El cariño de esa persona la abrazo y la hizo tener una zona de confort que amaría por siempre, desde los días calurosos de verano hasta los fríos vientos de invierno. . . .