Nanami suspiró dejándose caer en el respaldo de la silla de su escritorio. Estaba más estresado que nunca por el examen de admisión a la universidad y sus hombros no dejaban de titiritear de frío que tenía. - Maldito invierno. - susurró. Justo cuando iba a volver a incorporarse para estudiar en su laptop, la luz se va en todo el lugar. - ¿Qué es esto, el tercer mundo? - gruñó. Miró hacía la ventana de al frente y casi que sintió alivio cuando se dio cuenta de que Mahito lo estaba mirando. No le tomó mucho tiempo a la maldición para mostrarle una hoja de papel a Nanami donde decía: ¿Frío? Nanami asintió, sin luz, la calefacción no iba a funcionar y se iba a cagar de frío. En uno o dos segundos, desapareció Mahito de su vista haciéndolo fruncir el ceño. No fue más que un simple destello el que hizo que Nanami volteara a su derecha y se encontrara con la maldición sentada sobre su escritorio con la palma de su mano boca arriba botando fuego. ¿Mahito podía hacer eso? Nanami acababa de descubrirlo. Una pequeña sonrisa apareció en la cara de Nanami. Mahito sonrió de lado también y acercó un poco más el fuego al rostro de Nanami. Había creado una mini fogata en su mano para mantener cálido a Nanami. - ¿Frío? - preguntó la maldición. - No mucho. - susurró Nanami.All Rights Reserved