No sabía... No. Si sabía. Sabía lo que pasaría si entraba a ese bosque. Sabía lo que pasaría si lo besaba. Sabía lo que pasaría si comenzaba a hablarle. Lo sabía. Y lo hice aún así. La curiosidad mató al gato ¿no? Lastima que el gato también podía ser un león. Lastima que a este gato le gustaran tanto los lobos. Lastima... sí, lastima que a mí me gustara tanto él. Ayleen se tuvo que mudar a un nuevo pueblo, por lo que claramente tenía que comenzar una nueva vida lejos de los lujos de Manhattan y lejos de sus amigos. Sin embargo, Ayleen no contaba con que su primer día en ese pueblo iba a convertirse en un caos luego de entrar al bosque y toparse con un homicidio. Toparse con él. Con él y su sonrisa cubierta de sangre. ¿Qué puede hacer una chica indefensa, sola y en medio de un bosque sin nadie a quien pedirle ayuda para salvarse? Claro, besarse al asesino. Ayleen no tenía en cuenta que ese iba a ser el detonador para que su vida se vuelva un desastre. Oye, pero mínimo ese desastre es guapo.